24 mar | La táctica de filtrado en la nieve

Esta es la 6ta edición del Ricarding newsletter. Te doy la bienvenida si es la primera vez que me lees. Aquí puedes ver de qué va esto que estarás recibiendo cada domingo.

Espero que disfrutes su lectura tanto como yo su escritura. ¡Que sea una semana con muchos aprendizajes!


El filtro que somos - Un insight

Todo el tiempo estamos absorbiendo información.

Me entretiene mucho pensar en esta idea en donde veo a cada persona como un filtro. Somos, quizás, el filtro con mayor capacidad que ha existido.

Las ideas que consumimos a través de nuestros teléfonos, de las conversaciones que tenemos con otras personas, de los anuncios que vemos en la televisión, de los libros que leemos, todo eso es procesado por la mente. Algunas cosas recordaremos, otras olvidaremos pronto. Nuestros gustos, hábitos y el contexto en el que hemos vivido determinarán el grado de importancia que cada pieza de información recibirá.

Algo parecido sucede con lo que comemos, lo que nos untamos, lo que tomamos. El cuerpo absorbe lo que sirve y desecha lo que no, o lo que no es capaz de procesar. Piensa en la vez que te enfermaste del estómago por haber comido algo que no estaba bien cocido, o cuando te untaste alguna crema que provocó alguna reacción alérgica. Es reflejo de la incapacidad del filtro para asimilar lo que al organismo le hace daño.

Existen, sin embargo, una serie de alimentos, bebidas, químicos, pensamientos, conceptos, comportamientos que nuestra capacidad individual de filtrado sí puede asimilar pero que son dañinos. Sabemos bien cuáles son: los azúcares refinados, los alimentos procesados, los parabenos, las noticias, la pornografía, etc.

Cuando nuestra capacidad de filtrado no es óptima, lo dañino empieza a pasar factura. La mente y el cuerpo sufren las consecuencias. La mente se debilita y el cuerpo se enferma.

Mete a un filtro basura y obtendrás basura. Simple.

Lo que nos hace bien, bien se aprovecha, nos hace crecer, nos fortalece. Hace que lo siguiente que hagamos sea más fácil de filtrar, que nuestras decisiones posteriores sean en pro de aquello que es bueno para el organismo y el pensamiento.

Somos filtros con piernas y brazos. Usa este modelo mental para analizar tus decisiones y las de los demás.

Ah, otra cosa: asegúrate de mantener la basura en su lugar si quieres llevar una gran vida.


La táctica infalible - Un tip

El domingo pasado escribí una idea sobre la eficiencia. Prometí que hoy entraría al detalle sobre la que para mí es la mejor táctica a la hora de gestionar las tareas pendientes que van surgiendo.

Es bastante sencilla. Consiste en dos pasos primarios y dos pasos secundarios (opcionales).

Será más sencillo explicarla con un ejemplo.

Supongamos que recibo una llamada de mi jefe en el trabajo. Me pide que prepare una presentación utilizando los datos de un modelo que trabajamos previamente en Excel. Es necesario actualizar el archivo previo a cargar la información.

Aquí viene el primer paso secundario: Analizar lo que la tarea demanda.

De entrada, esta actividad tiene dos entregables. El primero es el Excel ya actualizado. Teniéndolo listo será posible armar la presentación, que es el segundo entregable. Siempre es útil partir las actividades en tareas más pequeñas, específicas.

Sigue el primer paso primario: Planear la fecha y hora en la que voy a realizar la tarea.

No hay truco más grande para la productividad que agendar el día y la hora exacta en la que se va a llevar a cabo la o las tareas. Es tan simple como crear un nuevo (o más) evento en el calendario que usemos—ya sea físico o digital. En este caso, debido a que el análisis del paso anterior sugería partir la tarea en dos, habrían dos eventos que agendar. Para el primero planeo tardarme alrededor de 30 minutos actualizando el Excel. Lo agendo para realizarlo mañana a primera hora, pues tengo media hora libre.

El segundo evento es preparar la presentación. Ese deberá venir después de que el primero está completado. Veo un espacio en mi agenda a las 5 pm de mañana. Para este reservaré una hora.

Nota: Por experiencia, si no has utilizado este esquema de planeación antes, comienza reservando el doble de tiempo que crees que te tomará hacer la actividad. Con el tiempo irás mejorando en la estimación de los intervalos.

A continuación, podemos pasar al segundo paso primario: Ejecutar la o las tareas.

Suena a que es la parte más fácil, pero es la más complicada. No somos buenos comprometiéndonos con acuerdos auto-impuestos. El ejecutar solamente requiere que dediques el tiempo que planeaste a las actividades planeadas en el momento en que lo planeaste. No es más que eso.

Pon esto en práctica cada que puedas y refinarás la habilidad de ejecución, convirtiéndote en una persona más eficiente.

El segundo paso secundario te ayudará para que la próxima vez que pongas en práctica esta estrategia las cosas fluyan de mejor manera: Ajustar lo necesario.

Terminadas las dos subtareas, voy a dedicar 5 minutos (no se necesita más) para hacer un balance de cómo funcionó la táctica. Lo ideal sería responder a las preguntas:

  • ¿Cuánto tiempo tardé en ejecutar y cuánto tiempo había planeado tardar?
    • Si es que hubo una disparidad, ¿a qué se debió?
  • ¿Tuve interrupciones durante la ejecución?
    • ¿Qué puedo hacer para evitarlas en el futuro?
  • ¿Qué puedo incorporar al análisis (el primer paso secundario) para que la planeación sea más eficiente?

Dependiendo de lo que hayas respondido en cada una, conviene que utilices los inputs cuando vayas a aplicar la táctica nuevamente.

Espero que te funcione. Yo la uso todo el tiempo. Te dejo los pasos para que puedas tenerlos de un solo vistazo. Puedes tomar captura de pantalla a esta parte y tenerla lista en tu carrete de fotos para la próxima vez que tengas alguna tarea en puerta.

  1. Analizar lo que la tarea demanda.
  2. Planear la fecha y hora en la que se realizará la tarea.
  3. Ejecutar la o las tareas.
  4. Ajustar lo necesario.

Recuerda que puedes aplicarla a cualquier tipo de tarea: recurrente, de una sola vez, complicada, sencilla, la que quieras.


El efecto bola de nieve - Una idea

Casi siempre, cuando escucho el sonido de la alarma de mi despertador, me levanto de la cama, doy varios pasos para apagarla y regreso a acostarme. Repito esto unas dos veces más antes de decidir ya no regresar a intentar dormir de nuevo.

Algunas veces es más difícil y cuando me doy cuenta ya pasaron más minutos—incluso horas—que quedan desaprovechadas. Estando acostado en mi cama me pongo a pensar en todo lo que 'tengo' que hacer luego de levantarme. Me pesa aún más. Al mismo tiempo, pienso en que cada minuto, cada segundo que transcurre solamente hará más difícil la situación.

Es el efecto bola de nieve.

Cuando decidimos no atender una situación cuando se presenta, solo tenderá a complicarse más con el paso del tiempo que pasa desatendida. Es paradójico, pues muchas veces estamos conscientes de ello. Entendemos lo que debemos hacer y las implicaciones de no hacerlo. Cedemos ante el camino fácil y complicamos la vida de nuestro 'yo' del futuro.

A la mente se le puede parar en seco. Se le debe de frenar si es que se busca seguir avanzando. Es fácil enredarnos en las justificaciones que encontramos para ceder al comportamiento que queremos evitar.

La próxima vez que te enfrentes a una situación así, recuerda el efecto bola de nieve y que la única forma de cortarlo es desviar a la mente del análisis que está realizando. Inicia una cuenta regresiva desde cinco. Una vez que llegues a cero, comienza.

No dediques un solo segundo más a perder el tiempo. Es el recurso más valioso que tenemos.


Si llegaste hasta este punto, estoy muy agradecido contigo. Me encantaría que me cuentes qué te pareció y que conozcas cuál es la lógica detrás del insight, el tip y la idea.

¡Puedes escribirme vía X! Prometo responder. Siempre es enriquecedor leer otros puntos de vista.

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